Un grupo de catequistas formando un equipo, que acompañamos a los niños durante su proceso catequético de Iniciación I, II y III. En el mismo recibirán los Sacramentos de Reconciliación y Eucaristía.
- Reforzar el sentido de grupo y su trabajo en equipo de todos los
catequistas.
- Dar testimonio de nuestra Fe como catequistas.
- Como catequistas participando en las reuniones de formación y
coordinación.
- Convocar reuniones semanales de catequesis por grupos con sus
catequistas.
- Propiciar a nivel parroquial, arciprestal y diocesano nuestra
formación y vivencia integral como creyentes y agentes de
pastoral. El SER, el SABER y el HACER del catequista.
- Dar una catequesis evangelizadora para que se dé en los niños
una experiencia personal y comunitaria de encuentro con
Jesucristo.
- Acompañar a los niños en su proceso integral y continuo de
crecimiento y personalización de la Fe.
- Animar y ayudar a descubrir y vivir la oración como un
encuentro de amistad con Cristo en la Comunidad.
- Posibilitar la integración de los niños en la Comunidad Parroquial
y en la Diócesis.
- Participación y preparación de encuentros y Eucaristías
(principalmente domingos).
- Preparación y celebración del sacramento de la Reconciliación
en los tiempos fuertes.
- Potenciar la implicación en distintos ámbitos y tareas en la
parroquia y en la vida pública del barrio, escuelas y colegios,
casa…
- Encuentros de oración y convivencias que animen a vivir una Fe
madura y responsable.
- Participar en actividades de compromiso y solidaridad.
- Acompañamiento vocacional y misionero.
- Trabajar el proyecto en clave de proceso.
- Integrar los tres ámbitos de formación: familia – parroquia –
escuela.
- Formar desde la unión Fe-vida.
- Potenciar el diálogo Fe-cultura.
- Implicar activamente a las familias en el proceso de crecimiento y
personalización de la Fe de sus hijos.
- Reuniones con las familias porque son imprescindibles en el
proceso catequético.
- Realizar el primer anuncio.
- Ayudar al catequizando a tener un encuentro personal con el
Señor y al descubrimiento de Jesús en la Iglesia.
- Participar en las celebraciones eucarísticas y profundizar en el
crecimiento de la fe.
- Que el proceso catequético sea un punto y seguido en su vivencia
de la Fe. Invitarles a continuar formándose en los grupos de
Infancia Adulta.
- Ayudar y acompañar en el descubrimiento y vivencia de la
Eucaristía.
- Vivan en comunidad la Fe.
- Se impliquen en la vida diaria: familia, amigos, estudios…
- Potenciar todo lo vocacional y misionero.
- Enseñar a orar y profundizar en la oración desde la experiencia
de encontrarse con ALGUIEN que libera y salva.
- Potenciar la relación familia-parroquia-escuela.
- Ayudar a integrar Fe y Vida.
- Educar para comprender y vivir como la Fe nos ayuda a ser más
plenamente personas, apostando por el Dios de la vida.
- Profundizar en hacer razonable la Fe. La Fe no es irracional.
- Educar para vivir el amor como vocación (don, entrega,
responsabilidad).
- Invitarles a participar en experiencias de compromiso y
solidaridad.
En los locales parroquiales.
- Con los catequizandos:
- Los catequistas para Formación (dependiendo del día de
catequesis):
Una gran red de solidaridad para cambiar el mundo
Fue el Papa Pío XII quien, en 1950, estableció que se celebrara un día anual para promover, con la oración y la limosna, la hoy llamada Obra de Infancia Misionera (IM).
En España, la Jornada de Infancia Misionera se celebra el cuarto domingo de enero, y busca ayudar a las comunidades cristianas, y en especial a los niños, a profundizar en la pedagogía que esta Obra Pontificia desarrolla durante todo el año.
En esta Jornada, la celebración de la Eucaristía y las oraciones y ayudas económicas que los niños ofrecen para ayudar a otros niños expresan valores que van interiorizando, como que ellos también son cristianos y misioneros, y que su “granito de arena” es importante para anunciar el Evangelio y construir un mundo mejor para todos.
El lema de este año es "Con los niños de América... hablamos de Jesús".
Jornada de la Infancia Misionera
23 de Enero de 2011
Los niños de Infancia Misionera iniciaron hace dos años el recorrido por los cinco continentes. Ya se han encontrado con los niños de Asia y de África. Este año se trasladan a Oceanía para invitar a los niños de allí a sumarse a ellos y, juntos seguir a Jesús. Una vez han entrado en contacto con los niños de Oceanía y han descubierto sus costumbres, lenguas y formas de vida, todos miran a Jesús, escuchan su voz y se ponen en camino con Él. Esto es lo que hicieron sus discípulos. Esto es lo que hacen tantos cristianos. Para ello hay que dejar muchas cosas, estar ligeros de equipaje y poner las pisadas sobre las huellas de Jesús. Él, como buen amigo, va por delante, con paso firme y la mirada en el horizonte. Sabe adónde se dirige y cómo se llega a la meta.
El anuncio misionero del Evangelio suscitó en los habitantes de este continente, en los siglos XIX y XX, el deseo de seguir a Jesús como Maestro y Señor. Desde entonces, muchas islas han sido evangelizadas, y la fe se ha transmitido en la familia, en los colegios y, sobre todo, en las comunidades cristianas. En esta tarea es imprescindible la labor de los miles de catequistas misioneros que dedican su vida a señalar el camino que lleva a Jesús. Quienes le encuentran y deciden seguirle se convierten también en misioneros para otros.
El cartel de la Jornada usa el color azul del mar para Oceanía. Este color evoca la dulzura, la transparencia, la libertad, la serenidad, la confianza... Las imágenes del cartel muestran la identificación de los habitantes de este continente con el océano. Sus viviendas y formas de vida están en sintonía con el mar.